Por Prof. Robert D. Decker, Profesor teologícal en las Iglesias Protestantes Reformadas
¿Es Usted salvo? Esa es la pregunta crucial en la vida. ¿Cuál es su respuesta? Qué vivimos en tiempos terribles es bien sabido. Estamos viviendo en días que el mundo nunca ha visto. Esta es una época cuando los mismos fundamentos están siendo sacudidos. Un tiempo en que abunda la falta de ley, lo cual se revela a misma en una rebelión terrible y en derramamiento de sangre. Nuestras ciudades son inseguras. No hay estima por la ley ni el orden. La estructura entera de nuestra civilización moderna e ilustrada está al borde del colapso total.
Y en todas partes los hombres están desesperadamente buscando respuestas. El problema es que los hombres buscan en los caminos incorrectos y en la fuente incorrecta. El hombre se niega a contar con el hecho de que la raíz del terrible problema del mundo es el pecado. Pecado es contra el Dios viviente del cielo y de la tierra, y Él no excusará ni ignorará el pecado, pero Él es quien ejecuta su venganza y su Santa ira contra de los que hacen iniquidad. Rechazando contar con Dios, el hombre busca en sí mismo el consuelo, paz y esperanza en un mundo problemático. El nunca encontrará estas cosas. Su fin será una desesperación completa en el infierno.
¡La Biblia tiene la respuesta y esa respuesta es la Salvación del pecado y de la muerte en Jesucristo por la gracia de Dios! Aquellos que están salvos por gracia a través de su fé como un don de Dios, no están turbados por los terribles eventos del día. Ellos ven estas cosas y se alegran. Se alegran porque saben que a través de estos eventos, Jesús está viniendo rápidamente otra vez para efectuar la salvación que El ha comprado para ellos en la gloria de los nuevos cielo y tierra. Y estos son los que tienen consuelo, paz y esperanza.
Básicamente, este es el mensaje de este pequeño panfleto que queremos exponer para usted. Está tomado de Efesios 2:8 y dice así: “Por gracia son salvos, por medio de la fé; y esto no de vosotros pues es don de Dios”.
Debemos enfatizar que la pequeña palabra “Por” al comienzo del texto significa “Porque” é indica que este texto es la razón para algo, es una explicación de lo que el apóstol Pablo ha declarado en el contexto que le precede.
Esto implica que la declaración de este texto no esta solitario. No es una verdad aislada que uno puede aceptar o rechazar sin ningún efecto sobre el resto del contenido de su fé. Porque gracias sois salvos… la salvación es por gracia y por gracia solamente. Y es el fundamento indispensable, o elemento sin el cual ninguna otra cosa puede mantenerse. Negar la verdad de la salvación por gracia, significa la destrucción del verdadero fundamento de la Palabra de Dios.
Es por eso que esta declaración es la razón expresada en el verso que dice: “Que en los tiempos venideros, Él (este es, Dios) mostrará las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”. Aprendemos de los versos precedentes, que estamos muertos en nuestros pecados y transgresiones, que en estos pecados en los que caminábamos siguiendo al diablo, que nuestra conversación de la vida en el pasado consistía en la llenura de nuestros deseos y codicias pecaminosas. Entonces, éramos hijos de ira. Pero Dios que es rico en misericordia y está lleno de amor por nosotros y aún cuando estábamos muertos en el pecado, Él hizo que su amor nos alcanzara, aguzando nuestras mentes, dándonos la vida en Cristo Jesús, por gracia. Y Él nos hizo sentar en lugares celestiales en Cristo. El propósito de todo esto es que Él demostrará las abundantes riquezas de su gracia. En otras palabras, Dios nos salvó exactamente de manera que, a través de esa nuestra salvación, las riquezas de Su gracia sean expuestas. Y esto es posible simplemente porque la salvación es por gracia! Aquí hemos puesto nuestro dedo sobre el corazón del mensaje del Evangelio. Un mensaje bellamente recapitulado por el mismo apóstol Pablo en Romanos 11:36, “Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén”…
Volcando nuestra atención al próximo texto nos damos cuenta de que dice 3 cosas acerca de la salvación: La salvación es por gracia, es a través de la fé y es un regalo de Dios. Consideremos brevemente cada uno de estos pensamientos.
¿La salvación es por gracia. Qué es la salvación? Una idea recientemente popular de la salvación es que es un mejoramiento social y moral. Jesús no es un Salvador en el sentido de que Él sufrió y murió en la cruz y por lo tanto hizo expiación y trajo la reconciliación por los pecados a los hijos de Dios. Se dice que Jesús, es nuestro ejemplo. Él nos demostró en Su vida cómo vivir en paz con todos los hombres, cómo efectuar la hermandad de la humanidad bajo la paternidad de Dios. Si los hombres solamente siguieran el ejemplo de Jesús, habría paz en la tierra, todos nuestros problemas serían removidos, el Reino de Dios estaría acomodado y todos los hombres en todas partes podrían disfrutar de la buena vida. Usted pensaría de esto como nada, pero el antiguo Evangelio social es tan prevalente hoy en día como siempre lo fué. La iglesia está urgida a ir al mundo y hacer algo acerca de las relaciones raciales, la contaminación, la superpoblación, el control de la población y muchas otras cosas más. La iglesia no debe predicar una salvación que basada en la sangre del Cordero que quita los pecados del mundo. Esta NO es la salvación y predicando esta tipo de salvación no es predicar el evangelio de Jesucristo, de acuerdo a las Escrituras que son infalibles. Esta tipo de predicación tampoco rendirá los preciosos frutos de consuelo, paz y esperanza para la gente que cree en Dios.
La salvación en el sentido Bíblico es un concepto muy rico. El término usado en nuestro texto literalmente significa: sanar, hacer bien. Está usado algunas veces en referencia a las sanidades que Jesús efectuó en varias personas. En el sentido espiritual, la idea es que estamos sanados de la mortal enfermedad del pecado y restaurados a una sanidad espiritual. También tiene el significado de: rescate del peligro o destrucción. Y en este sentido el énfasis está en el hecho de que Dios nos rescata de la destrucción del infierno, donde Su ira santa y feróz arde eternamente.
La salvación por lo tanto contiene dos elementos esenciales: 1) Es la liberación de la miseria más profunda y, 2) es una elevación a una gloria superior.
Esto es obvio por el mismo contexto en el que encontramos esta Palabra de Dios. Pablo comienza el capítulo diciéndonos que fuera de la Gracia de Dios estamos muertos en transgresiones y pecados. Lo primero que Dios habló a nuestros padres en el paraíso ha sido ejecutado: “El día que comiereis de él, con toda seguridad morireís”. Ellos comieron del fruto prohibido y por lo tanto se revelaron en contra de Dios e inmediatamente murieron y nosotros fuimos muertos en ellos. Nosotros nacemos muertos en pecado. Lo único que hacemos siempre es pecar. Nosotros odiamos a Dios y a nuestro vecino. Vivimos y caminamos de acuerdo al curso que sigue el mundo, de acuerdo al príncipe del poder del aire, el espíritu que ahora trabaja en los hijos de la desobediencia. Muertos en nuestras transgresiones y pecados tenemos nuestras conversaciones con los deseos de nuestra carne, nosotros llevamos a cabo los deseos de nuestra carne y de nuestra mente y somos por naturaleza hijos de ira lo mismo que otros.
¡Esta es nuestra miseria! ¡La muerte Espiritual! ¡Y en lo que nos concierne no tenemos esperanza! No podemos salvarnos a nosotros mismos, ni siquiera podemos desear salvarnos y menos hacer nada para conseguir nuestra salvación. Así como un cuerpo muerto no puede levantarse del ataúd, tampoco nosotros podemos salvarnos. ¡Es desde esa profunda miseria que somos liberados cuando Dios nos salva!
¡Y somos elevados a una gloria superior! En términos de este contexto, somos vivificados junto con Jesucristo. Nosotros que por naturaleza estamos espiritualmente muertos, somos hechos vivos en Cristo; esta es la salvación. No solamente eso, pero somos elevados a una gloria superior al ser hechos vivos en Cristo, también somos elevados de nuestra muerte y podemos sentarnos juntos en lugares celestiales en Cristo Jesús… Esa es la salvación.
¿Cómo se efectúa esta salvación? ¿Poniéndolo de manera personal, cómo soy salvo? La Biblia contesta, “¡Por gracia!”
La gracia tiene varios significados en la Biblia. El principal de ellos significa “belleza”. Algunas veces es traducido como “gracias”. Pero más a menudo se lo utiliza en el sentido de un favor inmerecido de Dios demostrado a Su gente en Cristo por cuyo poder El los salva. Este es el significado obvio en nuestro texto.
La gracia es, no debemos dejar de hacer notar primeramente un atributo de Dios, una característica de Su Persona. Dios es el Dios de toda gracia; El es el Dios afable. Dios es en Sí mismo hermoso; hermoso en todas Sus adorables virtudes. Eso quiere decir que cuando la Biblia lo dice como en este texto, que la salvación es por gracia; es lo mismo que decir que la salvación es del Señor. ¡Cuan absolutamente necesario! ¿De qué otra manera los pecadores muertos y perdidos podrían ser salvos, sino lo es por el Dios Todopoderoso mismo? A menos que Dios mismo ponga vida nueva en nosotros, permaneceremos muertos y por siempre esclavizados en la prisión de nuestro pecado.
¡Esta es la belleza y el consuelo del Evangelio! Dios quizo darnos vida por el poder de Su maravillosa gracia. Dios quien es rico en misericordia, por medio de Su gran amor con que El nos amó determinó hacernos hermosos con Su propia belleza.
Por lo tanto, por gracia Él nos escogió en Cristo, antes de la fundación del mundo para que seamos santos y sin mancha delante de Él. Por gracia Él nos predestinó a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo. Todo esto, de acuerdo al buen placer de Su voluntad. Y el propósito de esta afable elección de Su gente en Cristo es “la alabanza de la gloria de Su gracia”, por cuyo poder Él nos ha hecho aceptos en Su amado hijo. Eso es lo que las Escrituras testifican en Efesios 1:3-6: Por gracia son ustedes salvos, escogidos, aun antes de la creación del mundo.
Por gracia Dios envió a su único Hijo al mundo para buscar y salvar aquello que estaba perdido. No había otro camino. Eramos pecadores caídos y la justicia de Dios tenía que ser satisfecha. Y ésta satisfacción solo podía ser hecha por Su Hijo, Dios verdadero y hombre, como el sustituto de la expiación. Por gracia, Dios dió a Su Hijo a una muerte de cruz. Por gracia Él derramó toda Su santa ira sobre Él, de manera que El descendió a las mismas profundidades del infierno y clamó diciendo: “¿Mi Dios, mi Dios, porque me has abandonado?”. El sacrificio fue hecho por nosotros a través del derramamiento de Su sangre nosotros tenemos redención, el perdón de los pecados. ¡Y nuevamente todo esto es de acuerdo a las riquezas de Su gracia! (Ef. 1:7).
Por lo tanto, por gracia los hijos de Dios fueron reconciliados a través de la muerte del hijo de Dios. Ellos ahora están delante de Dios, justos, libres para siempre de la culpa del pecado y dignos de una vida eterna. Esto es precisamente porque el texto dice: “Ustedes SON salvos”. La salvación para los santos de Dios está completada. En este momento, ellos están y por siempre serán salvos. La justicia de Dios está satisfecha para siempre. ¡Todo por gracia!
Ahora, usted pregunta: ¿pero cómo una salvación ameritada en la Cruz por Cristo viene a ser mía? Muchos predicadores le dirán que usted tiene que creer en el Señor Jesucristo. Eso por supuesto es una verdad. Ciertamente, la Biblia pone en claro que no puede haber salvación fuera de la fé en Jesucristo. Pero lo que muchos quieren decir con eso de que usted debe creer, es de que usted debe aceptar la oferta sincera del evangelio. Dios ama a todos los hombres, dicen ellos. Por gracia Él ha provisto salvación para todos los hombres a través de Su Hijo en la Cruz. Ahora, esa salvación está toda envuelta en un bonito paquete y Dios dice que todo lo que usted tiene que hacer es aceptar ese regalo y usted será salvo. La salvación entonces, no es enteramente por gracia, sino es en partes por la gracia y en partes por las obras de los hombres quienes deberán aceptarla. Y muchos predicadores rogarán y halagarán (¡estoy usando este término a propósito! es una trampa), a sus oyentes en sus altamente emocionales “llamados del altar” a aceptar a Cristo y la oferta de la salvación. ¡Si esta fuera la respuesta a la pregunta “cómo recibo la salvación”, entonces le tengo lástima! Le tengo lástima porque usted ha perdido todo el consuelo del Evangelio. Si tuviera que aceptar la oferta, si tuviera que hacer cualquier cosa para mi salvación, estoy perdido para siempre. Eso lo sé por mi propia experiencia. Mi experiencia me dice cada día que soy un pecador muerto en transgresiones y pecados digno de ser condenado.
Gracias a Dios por el mensaje del evangelio consolador, dador de paz, esperanza y alentador que nos responde: “a través de la fé y esto no de vosotros; ¡es el regalo de Dios”!
La salvación es recibida por el pecador, no como deberíamos decir: dada al pecador a través de la fé. ¡A TRAVES DE LA FE entiéndalo! La fé es el medio por el cual Dios nos dá la salvación. No es una condición para la salvación que nosotros debemos llenar. No es un acto que nosotros debemos desempeñar y sobre las bases por las cuales Dios nos salvará. La fé es un lazo vivo entre la gente de Dios y Cristo. Es la conexión entre nosotros y Cristo a través del cual Dios nos dá todas las bendiciones de la salvación, las cuales están en Cristo para que fluyan en nosotros. Por fé estamos unidos a Cristo y vivimos en Él, exactamente como las ramas viven en la viña (Cf. Juan 15).
A través de la fé nosotros recibimos el conocimiento de Dios. No es solamente un conocimiento intelectual de la mente, pero el conocimiento espiritual del corazón que de acuerdo a Juan 17:3 es vida eterna. Por tal conocimiento es que conocemos a Dios como nuestro Dios, el Dios que nos ama en esta vida, Quién nos salvará un día en la gloria del cielo. Junto y enraizado con ese conocimiento de la fé está la confianza de la fé por la cual tengo la seguridad de que todo esto es verdadero. A través de la fé tengo la convicción de que Jesús murió por mi y que soy salvo por gracia! A través de la fé puedo decir que no me pertenezco pero que pertenezco en la vida y en la muerte a mi fiel salvador, Jesucristo. Le pertenezco a El en vida. ESTA vida del siglo veinte con todas sus frustraciones, temores y ansiedades. Y también pertenezco a Jesús en la muerte. Cuando la mano fría de la muerte me tome, no estaré solo. ¡Jesús estará conmigo en la sombra del valle de la muerte para consolarme y recibirme en la casa de muchas mansiones del Padre, donde Él ha preparado un lugar para mí!
¡Sí, amigo Cristiano, usted es salvo por gracia a través de la fé! ¡Y eso no de usted – es el regalo de Dios! Usted no se ganó su salvación ni siquiera la quería. No es debido a sus obras, ni siquiera al trabajo de la fé. Es el regalo de Dios. La salvación por gracia es el regalo de Dios! Es un regalo gratuito, no merecido, de Dios Todopoderoso.
¿Está USTED salvado por gracia a través de la fe? La palabra no está simplemente presentando alguna doctrina objetiva. No dice que la salvación es por gracia, a través de la fé; y es el regalo de Dios. Escuche, por gracia USTED es salvo… ¿Le dice esto Dios a usted? ¿Ha sido escogido en Cristo, reconciliado a Dios por Su muerte, unido a El por fé? Déjeme preguntarle esto: “¿Es usted un pecador?” ¿Se reconoce usted a sí mismo como una vasija vacía, muerto en pecados y transgresiones? Ese es el fruto del Espíritu de Cristo en usted.
No se desespere, no tema; más bien alégrese y esté muy contento! Vaya a la cruz de Jesús y vea ahí la sangre, de Aquél que murió por usted. Vaya a la tumba vacía de Jesús y vea que Él se levantó victorioso sobre la muerte. Mire hacia el cielo y espere a su Salvador, porque Él viene pronto y su recompensa está con Él. Usted tiene consuelo, paz y esperanza. El consuelo de la salvación por gracia, la paz del perdón por gracia y la esperanza de vida eterna por gracia.
¿Sabe usted esto? Entonces puede usted decir con el mismo apóstol Pablo: “Pero lejos esté de mi gloriarme, sino en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo” (Gal. 6:14). No hay cabida para jactarse. La salvación es sólo por gracia. Pero esto también significa que cualquier terreno para la desesperación ha sido removido. ¡El Dios eterno y fiel nunca fallará! ¡Gloria sea a Él, de quien, por quien y para quien son todas las cosas!
Esta no es mi palabra, es el bendito Evangelio de Jesucristo.
Traducción en inglés por Paula Meagher para la Primera Iglesia Protestante Reformada en Holland, Michigan, USA
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